En la actualidad no se descartan por completo sus efectos nocivos y, de hecho, hay numerosos estudios e investigaciones médicas y científicas que avalan las consecuencias negativas sobre nuestra salud.
El número de focos generadores de contaminación electromagnética en nuestro entorno ha ido en aumento progresivo con el paso de los años.
Líneas eléctricas, transformadores, antenas de telefonía, wifi, radio y televisión están cada vez más presentes en el paisaje urbano y los campos electromagnéticos generados por estos inundan nuestras casas penetrando en su interior a través de muros, techos y ventanas sobrecargando su fondo electromagnético.
Teléfonos inalámbricos, routers wifi, teléfonos móviles, tablets, video consolas,…, forman parte de nuestro día a día en el interior de nuestras casas.
Remitiéndonos al texto aprobado por el Comité Permanente que actúa en nombre de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en su Resolución 1815 sobre los “Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y su efecto sobre el medio ambiente”, tomar todas las medidas razonables para reducir la exposición a campos electromagnéticos, especialmente a radiofrecuencias de los teléfonos móviles y en particular la exposición de los niños y personas jóvenes es de suma importancia para anteponer nuestra salud frente al avance tecnológico.
Higiene electromagnética
Un problema al que nos enfrentamos es que no tenemos capacidad de detectar las radiaciones electromagnéticas con nuestros sentidos, y al no ser conscientes del riesgo, no solemos adoptar la medidas preventivas o protectoras que serían necesarias para evitar los efectos que provocan en la salud.
Disminuir nuestros tiempos de exposición y aumentar la distancia respecto de las fuentes generadoras de campos electromagnéticos son dos buenos consejos que podemos aplicar a diario para mantener nuestro riesgo al mínimo.
Pero…, si no conozco las fuentes de exposición, ¿cómo podré llevar a cabo estos sabios consejos?
Veamos qué podemos hacer.
Medidas protectoras
Lo primero, obviamente, es reducir en todo lo posible la exposición a focos emisores de radiación electromagnética que podemos encontrar en nuestro entorno doméstico, laboral o escolar.
Continuamente nos preguntamos a qué distancia podemos estar seguros en relación a una antena de telefonía móvil o a una línea eléctrica, o si el wifi o el teléfono móvil puede estar afectando a nuestros hijos, cómo podemos proteger nuestras casas o qué tratamiento médico podemos seguir para paliar los problemas de salud que nos puede haber causado la exposición a campos electromagnéticos o incluso dónde podríamos vivir para estar libres de radiaciones.
No siempre podemos elegir el lugar donde vivimos, pero en la medida que podamos es mejor evitar los focos de radiación en las cercanías de los espacios habitados.
Los transformadores que se localizan a pie de calle, incluso formando parte de la estructura de los edificios, las líneas de media y alta tensión así como muchas antenas de telefonía móvil que delatan su presencia por el tamaño y forma que tienen, son las principales instalaciones que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar el entorno electromagnético de nuestro hogar.
Como hemos dicho, mantener una adecuada distancia de seguridad, que dependiendo de los casos puede llegar hasta los cientos de metros, es de suma importancia para mantenernos protegidos y fuera de riesgo.
Pero, ¿qué sucede en el interior de mi casa, trabajo o escuela?
El wifi
Para evitar los efectos indeseables en nuestra salud debemos ser cuidadosos en nuestros hábitos de uso de este tipo de dispositivos inalámbricos. Eso requiere:
1. Identificar cuáles son las fuentes de emisión, en este caso sería el router con la función wifi activada.
2. Utilizar las técnicas y herramientas necesarias para disminuir el tiempo de exposición y la potencia del campo al que nos vemos sometidos (incrementando la distancia y disminuyendo nuestro tiempo de exposición).
3. Convertirlas en un hábito.
Un problema al que nos enfrentamos es que no tenemos capacidad de detectar las radiaciones electromagnéticas con nuestros sentidos, y al no ser conscientes del riesgo, no solemos adoptar la medidas preventivas o protectoras que serían necesarias para evitar los efectos que provocan en la salud.
Disminuir nuestros tiempos de exposición y aumentar la distancia respecto de las fuentes generadoras de campos electromagnéticos son dos buenos consejos que podemos aplicar a diario para mantener nuestro riesgo al mínimo.
Pero…, si no conozco las fuentes de exposición, ¿cómo podré llevar a cabo estos sabios consejos?
Veamos qué podemos hacer.
Medidas protectoras
Lo primero, obviamente, es reducir en todo lo posible la exposición a focos emisores de radiación electromagnética que podemos encontrar en nuestro entorno doméstico, laboral o escolar.
Continuamente nos preguntamos a qué distancia podemos estar seguros en relación a una antena de telefonía móvil o a una línea eléctrica, o si el wifi o el teléfono móvil puede estar afectando a nuestros hijos, cómo podemos proteger nuestras casas o qué tratamiento médico podemos seguir para paliar los problemas de salud que nos puede haber causado la exposición a campos electromagnéticos o incluso dónde podríamos vivir para estar libres de radiaciones.
No siempre podemos elegir el lugar donde vivimos, pero en la medida que podamos es mejor evitar los focos de radiación en las cercanías de los espacios habitados.
Los transformadores que se localizan a pie de calle, incluso formando parte de la estructura de los edificios, las líneas de media y alta tensión así como muchas antenas de telefonía móvil que delatan su presencia por el tamaño y forma que tienen, son las principales instalaciones que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar el entorno electromagnético de nuestro hogar.
Como hemos dicho, mantener una adecuada distancia de seguridad, que dependiendo de los casos puede llegar hasta los cientos de metros, es de suma importancia para mantenernos protegidos y fuera de riesgo.
Pero, ¿qué sucede en el interior de mi casa, trabajo o escuela?
El wifi
Para evitar los efectos indeseables en nuestra salud debemos ser cuidadosos en nuestros hábitos de uso de este tipo de dispositivos inalámbricos. Eso requiere:
1. Identificar cuáles son las fuentes de emisión, en este caso sería el router con la función wifi activada.
2. Utilizar las técnicas y herramientas necesarias para disminuir el tiempo de exposición y la potencia del campo al que nos vemos sometidos (incrementando la distancia y disminuyendo nuestro tiempo de exposición).
3. Convertirlas en un hábito.
Habitualmente, los routers wifi están emitiendo radiofrecuencias las 24 horas del día por lo que en nuestro día a día podemos vernos expuestos a ellas durante largo tiempo. Podemos:
1. Mantener desconectado el router mientras no se esté utilizando. Al igual que solo encendemos las luces de casa cuando son necesarias o abrimos la puerta del frigorífico cuando vamos a coger algo y luego la cerramos, mantener desconectada la antena wifi de nuestro router debería ser habitual y no es molesto pues cada vez más los routers que existen en el mercado facilitan esta tarea permitiéndonos desconectar de un modo sencillo la antena si necesidad de apagar el router por completo. Y sobre todo a la hora de dormir, esta acción debería llevarse a cabo todos los días.
2. Planificar las tareas diariamente o semanalmente para que durante un espacio de tiempo nos descarguemos todos los recursos necesarios para poder trabajar y a su término, desconectar el router. Además de disminuir el tiempo de exposición realizaremos un fantástico trabajo de organización.
3. Mantener una buena distancia con el router y con las antenas amplificadoras de la señal. Normalmente los routers suelen estar instalados en los puntos que creemos más alejados de nuestros dormitorios pero, ¿sabemos que hay al otro lado del muro de nuestro dormitorio? Quizás nuestro vecino tiene el router al otro lado de la pared y los campos electromagnéticos generados la atraviesan llegando a nuestra cama con la máxima potencia. Debemos conocer nuestro entorno para poder seguir aplicando el principio de aumento de la distancia con respecto a la fuente generadora.
4. Sustituir el router wifi por una conexión por cable. Existen muchas opciones de cableado estructural de las casas dependiendo de nuestra disponibilidad económica.
5. Disminuir la potencia de emisión del router wifi. Normalmente, los routers wifi vienen de fábrica con la potencia de emisión configurada a su nivel más alto. Para reducir su exposición debemos ajustar la potencia de emisión al mínimo posible que nos permita utilizar la conexión con comodidad. Es muy sencillo aunque si presenta ciertas dificultades siempre podremos pedírselo a la empresa que ha realizado la instalación.
Tablets, video consolas y ordenadores portátiles.
Todos estos dispositivos aunque son muy diferentes en diseño y prestaciones tienen un funcionamiento parecido al hablar de conexión a la red de internet y es que la conexión por excelencia es a través de wifi.
Debemos saber que al igual que nuestro router wifi está permanentemente emitiendo campos electromagnéticos mientras esté encendido, nuestros dispositivos también estarán generando campos electromagnéticos mientras le tengamos activada la función wifi.
Hacer un uso inteligente de estas herramientas es prioritario para reducir los tiempos de exposición. Podemos:
1. Disminuir al máximo la potencia de la función wifi que permita una conexión fluida. Al igual que comentamos para el router Averigua como hacerlo y disminuye su potencia. Y por supuesto, cuando hayas accedido al contenido necesario, desconecta la función wifi, aunque esté al mínimo.
2. Utilizar teclados auxiliares conectados por cable a través de USB. Aumentarás la distancia y por tanto la intensidad de radiación cerca de tu cuerpo.
3. Seleccionar las aplicaciones adecuadas: Define bien los usos que te gustaría hacer de la tablet u ordenador portátil y encuentra las aplicaciones indicadas para ello, descárgalas y después…, le desconectas la función wifi.
4. Realizar actividades creativas: Es interesante que, sobre todo, aproveches las características audiovisuales del dispositivo. Pueden crear vídeos tutoriales propios, crear su portafolio en formato vídeo, componer cuentos, hacer entrevistas…¡el límite lo pone tu imaginación! Y todo esto se puede hacer off-line por lo que podrás mantener la función wifi desconectada.
5. Podemos sacar el máximo partido a las nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías facilitan tremendamente la elaboración de trabajos, pudiendo trabajar además desde nuestra propia casa, donde podemos encontrar un mejor acceso por cable. Debemos saber que todos los dispositivos que utilizamos de forma inalámbrica también podemos conectarlos por cable utilizando adaptadores de red específicos para cada uno. Limitaremos nuestra movilidad pero ganaremos en salud disminuyendo nuestro tiempo de exposición. Cuando lo hagamos, al conectarnos por cable debemos recordar mantener desconectada la función wifi.
Teléfonos móviles.
Según muchas opiniones, el teléfono móvil no debería ser utilizado por menores de 16 años, excepto en caso de emergencias. Podemos:
1. Utiliza el móvil con moderación. Realiza llamadas cortas. El uso regular de un teléfono móvil puede aumentar significativamente el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer y otras enfermedades con tan solo un uso aproximado de una media hora al día durante 10 años.
2. No pegues el móvil a tu oreja. Utiliza auriculares o manos libres. Cada vez se encuentran más evidencias entre el uso prolongado del teléfono móvil y determinados tipos de cáncer. Al alejarlo de tu cabeza mientras lo utilizas, disminuirás la exposición a la radiación electromagnética.
3. Evita llevar el móvil pegado al cuerpo. Utiliza bolsos o mochilas. La radiación electromagnética que producen los teléfonos móviles puede interferir en el funcionamiento de nuestro organismo. Al alejarlo de él y sobre todo de los órganos vitales y genitales, aunque no lo estemos utilizando, disminuiremos la exposición innecesaria a la radiación electromagnética.
4. Mantén activado el "modo avión" el mayor tiempo posible. En “modo avión” nuestro teléfono no emite radiación alguna. No nos daña y además no nos distrae. Y si necesitamos consultar algo, siempre podremos desactivarlo por un momento. De este modo, disminuimos nuestro tiempo de exposición a la radiación electromagnética.
5. Apágalo cuando te vayas a la cama. Por la noche nuestro organismo está en fase de reparación y descanso y es más sensible a la radiación electromagnética.
6. El móvil no es un juguete. Busca un regalo mejor. Los niños son más sensibles a las radiaciones electromagnéticas procedentes de teléfonos móviles que los adultos. Además de absorber más radiación que los adultos, los cerebros de los niños son más sensibles a la radiación porque están aún en etapas de desarrollo.
7. ¿Embarazada? Limita el uso y aléjalo de tu tripita. Durante la gestación las influencias del entorno afectan a tu bebé. Un pequeño campo electromagnético puede perjudicarle durante su desarrollo en el vientre materno.
8. Y por supuesto... ¡No lo uses mientas conduces! El uso del teléfono móvil mientras se conduce es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y su riesgo puede ser equiparable a la conducción por exceso de alcohol. Además, en los vehículos la radiación electromagnética rebota y aumenta nuestra exposición.
Instalación eléctrica y electrodomésticos
La instalación eléctrica es uno de los factores más preocupantes en relación a la contaminación electromagnética dentro de nuestra casa.
Las deficiencias más habituales que nos encontramos suelen ser:
1. Toma de tierra inexistente o defectuosa.
2. Falta de cuadro de mando y protección.
3. Cableado deficiente o de sección incorrecta.
4. Cableado que atraviesa cabeceros de cama.
Algunas de las medidas preventivas más sencillas a adoptar serían:
1. Hacer una correcta distribución de la instalación eléctrica.
2. Eliminar todos los aparatos eléctricos de las cercanías de la cama o del dormitorio: televisor, ordenador, aparato de música,…
3. Separar el cabecero y cualquier estructura de la cama de las paredes con campo eléctrico.
4. Procurar que los cables no apantallados de las lámparas de noche o aparatos conectados a la red eléctrica no estén en contacto con la estructura de la cama.
5. Comprobar que el vecino no esté generando campos eléctricos y/ magnéticos que afecten a nuestra vivienda, especialmente a los dormitorios.
6. Desconectar los aparatos eléctricos cuando no los estemos utilizando.
7. Poner una correcta toma de tierra.
Debemos implementar tecnologías que mejoren nuestra vida a la vez que minimicen el daño al planeta y a nosotros mismos.
¿Estás preparado?
1. Mantener desconectado el router mientras no se esté utilizando. Al igual que solo encendemos las luces de casa cuando son necesarias o abrimos la puerta del frigorífico cuando vamos a coger algo y luego la cerramos, mantener desconectada la antena wifi de nuestro router debería ser habitual y no es molesto pues cada vez más los routers que existen en el mercado facilitan esta tarea permitiéndonos desconectar de un modo sencillo la antena si necesidad de apagar el router por completo. Y sobre todo a la hora de dormir, esta acción debería llevarse a cabo todos los días.
2. Planificar las tareas diariamente o semanalmente para que durante un espacio de tiempo nos descarguemos todos los recursos necesarios para poder trabajar y a su término, desconectar el router. Además de disminuir el tiempo de exposición realizaremos un fantástico trabajo de organización.
3. Mantener una buena distancia con el router y con las antenas amplificadoras de la señal. Normalmente los routers suelen estar instalados en los puntos que creemos más alejados de nuestros dormitorios pero, ¿sabemos que hay al otro lado del muro de nuestro dormitorio? Quizás nuestro vecino tiene el router al otro lado de la pared y los campos electromagnéticos generados la atraviesan llegando a nuestra cama con la máxima potencia. Debemos conocer nuestro entorno para poder seguir aplicando el principio de aumento de la distancia con respecto a la fuente generadora.
4. Sustituir el router wifi por una conexión por cable. Existen muchas opciones de cableado estructural de las casas dependiendo de nuestra disponibilidad económica.
5. Disminuir la potencia de emisión del router wifi. Normalmente, los routers wifi vienen de fábrica con la potencia de emisión configurada a su nivel más alto. Para reducir su exposición debemos ajustar la potencia de emisión al mínimo posible que nos permita utilizar la conexión con comodidad. Es muy sencillo aunque si presenta ciertas dificultades siempre podremos pedírselo a la empresa que ha realizado la instalación.
Tablets, video consolas y ordenadores portátiles.
Todos estos dispositivos aunque son muy diferentes en diseño y prestaciones tienen un funcionamiento parecido al hablar de conexión a la red de internet y es que la conexión por excelencia es a través de wifi.
Debemos saber que al igual que nuestro router wifi está permanentemente emitiendo campos electromagnéticos mientras esté encendido, nuestros dispositivos también estarán generando campos electromagnéticos mientras le tengamos activada la función wifi.
Hacer un uso inteligente de estas herramientas es prioritario para reducir los tiempos de exposición. Podemos:
1. Disminuir al máximo la potencia de la función wifi que permita una conexión fluida. Al igual que comentamos para el router Averigua como hacerlo y disminuye su potencia. Y por supuesto, cuando hayas accedido al contenido necesario, desconecta la función wifi, aunque esté al mínimo.
2. Utilizar teclados auxiliares conectados por cable a través de USB. Aumentarás la distancia y por tanto la intensidad de radiación cerca de tu cuerpo.
3. Seleccionar las aplicaciones adecuadas: Define bien los usos que te gustaría hacer de la tablet u ordenador portátil y encuentra las aplicaciones indicadas para ello, descárgalas y después…, le desconectas la función wifi.
4. Realizar actividades creativas: Es interesante que, sobre todo, aproveches las características audiovisuales del dispositivo. Pueden crear vídeos tutoriales propios, crear su portafolio en formato vídeo, componer cuentos, hacer entrevistas…¡el límite lo pone tu imaginación! Y todo esto se puede hacer off-line por lo que podrás mantener la función wifi desconectada.
5. Podemos sacar el máximo partido a las nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías facilitan tremendamente la elaboración de trabajos, pudiendo trabajar además desde nuestra propia casa, donde podemos encontrar un mejor acceso por cable. Debemos saber que todos los dispositivos que utilizamos de forma inalámbrica también podemos conectarlos por cable utilizando adaptadores de red específicos para cada uno. Limitaremos nuestra movilidad pero ganaremos en salud disminuyendo nuestro tiempo de exposición. Cuando lo hagamos, al conectarnos por cable debemos recordar mantener desconectada la función wifi.
Teléfonos móviles.
Según muchas opiniones, el teléfono móvil no debería ser utilizado por menores de 16 años, excepto en caso de emergencias. Podemos:
1. Utiliza el móvil con moderación. Realiza llamadas cortas. El uso regular de un teléfono móvil puede aumentar significativamente el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer y otras enfermedades con tan solo un uso aproximado de una media hora al día durante 10 años.
2. No pegues el móvil a tu oreja. Utiliza auriculares o manos libres. Cada vez se encuentran más evidencias entre el uso prolongado del teléfono móvil y determinados tipos de cáncer. Al alejarlo de tu cabeza mientras lo utilizas, disminuirás la exposición a la radiación electromagnética.
3. Evita llevar el móvil pegado al cuerpo. Utiliza bolsos o mochilas. La radiación electromagnética que producen los teléfonos móviles puede interferir en el funcionamiento de nuestro organismo. Al alejarlo de él y sobre todo de los órganos vitales y genitales, aunque no lo estemos utilizando, disminuiremos la exposición innecesaria a la radiación electromagnética.
4. Mantén activado el "modo avión" el mayor tiempo posible. En “modo avión” nuestro teléfono no emite radiación alguna. No nos daña y además no nos distrae. Y si necesitamos consultar algo, siempre podremos desactivarlo por un momento. De este modo, disminuimos nuestro tiempo de exposición a la radiación electromagnética.
5. Apágalo cuando te vayas a la cama. Por la noche nuestro organismo está en fase de reparación y descanso y es más sensible a la radiación electromagnética.
6. El móvil no es un juguete. Busca un regalo mejor. Los niños son más sensibles a las radiaciones electromagnéticas procedentes de teléfonos móviles que los adultos. Además de absorber más radiación que los adultos, los cerebros de los niños son más sensibles a la radiación porque están aún en etapas de desarrollo.
7. ¿Embarazada? Limita el uso y aléjalo de tu tripita. Durante la gestación las influencias del entorno afectan a tu bebé. Un pequeño campo electromagnético puede perjudicarle durante su desarrollo en el vientre materno.
8. Y por supuesto... ¡No lo uses mientas conduces! El uso del teléfono móvil mientras se conduce es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y su riesgo puede ser equiparable a la conducción por exceso de alcohol. Además, en los vehículos la radiación electromagnética rebota y aumenta nuestra exposición.
Instalación eléctrica y electrodomésticos
La instalación eléctrica es uno de los factores más preocupantes en relación a la contaminación electromagnética dentro de nuestra casa.
Las deficiencias más habituales que nos encontramos suelen ser:
1. Toma de tierra inexistente o defectuosa.
2. Falta de cuadro de mando y protección.
3. Cableado deficiente o de sección incorrecta.
4. Cableado que atraviesa cabeceros de cama.
Algunas de las medidas preventivas más sencillas a adoptar serían:
1. Hacer una correcta distribución de la instalación eléctrica.
2. Eliminar todos los aparatos eléctricos de las cercanías de la cama o del dormitorio: televisor, ordenador, aparato de música,…
3. Separar el cabecero y cualquier estructura de la cama de las paredes con campo eléctrico.
4. Procurar que los cables no apantallados de las lámparas de noche o aparatos conectados a la red eléctrica no estén en contacto con la estructura de la cama.
5. Comprobar que el vecino no esté generando campos eléctricos y/ magnéticos que afecten a nuestra vivienda, especialmente a los dormitorios.
6. Desconectar los aparatos eléctricos cuando no los estemos utilizando.
7. Poner una correcta toma de tierra.
Debemos implementar tecnologías que mejoren nuestra vida a la vez que minimicen el daño al planeta y a nosotros mismos.
¿Estás preparado?
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