7 de junio de 2016

Análisis sanitario geoambiental y uso racional de nuevas tecnologías

En este nuevo post quiero compartir con vosotros y vosotras una de las presentaciones que realicé el pasado 4 de junio de 2016 en el Congreso internacional de medicina MORA HISPANA al que fui invitado como ponente de la mano de la Fundación Vivo Sano, entidad con la que colaboro, como muchos de vosotros sabéis.
El contenido está directamente relacionado con el trabajo que realizo en viviendas para lograr determinar el grado de salubridad ambiental de las viviendas y espacios de trabajo frecuentados por personas con ciertas dolencias que pudieran tener como detonante un factor ambiental.

Introducción
Muchas enfermedades en personas son el resultado de estar sometidos a una influencia negativa del entorno.
Su impacto en la persona está relacionado con la intensidad del agente agresor, el tiempo de exposición y el estado del sistema inmune de la persona expuesta.
En el momento en el que se sospeche que una persona pueda estar afectada por tóxicos ambientales, radiaciones naturales o artificiales, conviene prescribir un “Análisis sanitario geoambiental” al menos en la habitación en la que duerme.
Personas que tras recibir un tratamiento determinado no mejoran o lo hacen solo por cortos periodos teniendo continuas recaídas pueden estar expuestas a algún agente tóxico ambiental dificultando su mejora o agravando su enfermedad hasta que el agente no sea identificado y eliminado de su entorno.
A través del “Análisis sanitario geoambiental” se podrán descubrir posibles exposiciones a factores de contaminación geoambiental.
Conociendo los niveles de todos estos factores de estrés podremos establecer las medidas correctoras más oportunas para mejorar el entorno consiguiendo un espacio sano.

Marco normativo
Como marco normativo en el estudio de un lugar se sigue el estándar de medición técnica en bioconstrucción (SBM 2015) por el que se establece una visión de conjunto de los factores de riesgo físicos, químicos y biológicos, que son estudiados, medidos, interpretados de manera experta y presentados por escrito, indicando los resultados de la medición, así como los aparatos de medición y métodos de análisis utilizados.
En caso de obtener valores problemáticos, se elaborarán las correspondientes recomendaciones de medidas correctoras.
La función de la norma es la reducción del riesgo.
Para ello presenta unos valores indicativos para zonas de descanso que clasifican la contaminación en cuatro categorías de anomalías.
Los valores de referencia son valores para la prevención y se refieren al ámbito de descanso y con ello al sensible periodo de regeneración del ser humano. Son el resultado de una experiencia de medición en la práctica después de más de 5000 estudios de dormitorios bajo supervisión de médicos.
Valores indicativos:
  • No significativo: corresponde a las características del entorno natural o a la frecuente y casi inevitable cantidad mínima de influencias debidas al desarrollo de la civilización.
  • Débilmente significativo: para la prevención y en consideración de personas sensibles y enfermas deberían llevarse a cabo medidas correctoras siempre que sea posible.
  • Fuertemente significativo: No pueden aceptarse desde el punto de vista de la bioconstrucción. Hay que intervenir y las medidas de saneamiento deben llevarse a cabo de inmediato.
  • Extremadamente significativo: precisan una subsanación consecuente y urgente. En estos casos se alcanzan o incluso se sobrepasan en parte valores de referencia internacionales.
La escala es la naturaleza.

¿Qué parámetros se estudian?
Entre otros factores analizados se incluyen:
Contaminación electromagnética de alta frecuencia
En un estudio de contaminación electromagnética de alta frecuencia se miden y analizan los niveles de densidad de potencia irradiados, en un área concreta, de telefonía móvil, wifi, DECT, etc, en el rango que abarca desde 27 MHz hasta 6 GHz si fuera necesario. El estudio, además, nos da una aproximación de la intensidad de los vectores de radiación, lo que nos servirá para establecer el posible origen o al menos la mayor intensidad del vector. Esto es posible al realizar el estudio con aparatos de medición que disponen de antenas direccionales.
El objetivo final es diseñar las soluciones oportunas para reducir los niveles de contaminación electromagnética de alta frecuencia, con el fin de lograr un mayor confort en el espacio vital, así como prevenir los posibles efectos que pudiera tener una exposición prolongada a estos contaminantes.
Los parámetros que se estudian son:
· Niveles de densidad de potencia en µW/m2 en el rango de 800 MHz a 2,5 GHz.
· Niveles de densidad de potencia en µW/m2 en el rango de 2,5 GHz a 6 GHz (opcional).

Contaminación electromagnética de baja frecuencia
Un estudio de contaminación electromagnética de baja frecuencia analiza los niveles de exposición a radiaciones de baja frecuencia producidas por la propia instalación eléctrica del edificio o influencias externas de líneas de alta o media tensión, transformadores urbanos. Se comprueban también los niveles de corrientes armónicas, también conocidas como corrientes sucias o Dirty electricity, en la instalación y se evalúa que la instalación disponga de una adecuada toma de tierra y se cuantifica la exposición a campos magnéticos y eléctricos originados por los aparatos eléctricos que nos rodean.
Los parámetros analizados en un estudio estándar son:
· Niveles de campos eléctricos en baja frecuencia.
· Niveles de campo magnético en baja frecuencia.
· Niveles de corrientes armónicas en instalación.
· Valores óhmicos de toma de tierra.

Tóxicos ambientales
Contrariamente a lo que se cree es en el interior de los edificios donde podemos encontrar los niveles más altos de contaminantes ambientales, además pasamos casi un 90% del tiempo en espacios cerrados, por eso es muy importante conocer la calidad del aire que respiramos.
En función de los valores obtenidos se diseñan soluciones que permitan reducir la exposición a estos contaminantes.
Los parámetros que se analizan en este estudio son:
· Niveles de Formaldehido.
· Niveles de Material Particulado.
· Niveles de CO2.
· Niveles de NO2.
· Niveles de SO2.

Gas radón
El gas radón es un gas radiactivo que se produce de forma natural, normalmente en suelos graníticos. Según la OMS es la segunda causa de muerte, después del tabaco, por cáncer de pulmón, a nivel mundial.
El radón se produce, de forma natural, en el subsuelo, a 1 metro de profundidad aproximadamente, y emana a la superficie, en mayor o menor medida, dependiendo del tipo de suelo. Se produce más radón en zonas graníticas que en las arcillosas o calcáreas, la razón es por el contenido de uranio y torio en el granito que es mayor que en otros tipos de rocas.
Será más fácil encontrarlo en casas bajas que en pisos altos, ya que pesa más que el aire y tiende a depositarse en las zonas bajas de los edificios como garajes, sótanos, trasteros etc.. asi como en lugares con poca ventilación.
Suele introducirse- inmisión- en nuestras viviendas por:
· Por las grietas de asentamiento que se forman en forjado del suelo.
· En las uniones entre suelo y paredes.
· Por las juntas de tuberías, desagües y sumideros.
· El radón se concentra con mayor facilidad, ya que es más pesado que el aire, en los garajes subterráneos, en los sótanos, bodegas y otras zonas estructurales en contacto directo con el terreno.

Es muy importante conocer los niveles de radón en nuestro hogar para poder tomar las medidas correctoras. Una sencilla medida puede ser simplemente ventilar adecuadamente.

Magnetostática
Un estudio de magnetostática analiza los valores de intensidad de campo magnético y orientación de este sobre la cama del paciente. Tras analizar los datos obtenidos y compararlos con los valores indicativos se establecen medidas correctoras que pueden ir desde un simple cambio de posición de la cama o de ubicación del dormitorio hasta un cambio de colchón o somier.

Campos y radiaciones naturales: corrientes subterráneas; red Hartmann; red Curry; otras alteraciones.
A través de la prospección geobiológica se podrá conocer la calidad energética de un lugar y su grado de afectación por posibles zonas de estrés geopático y por la presencia de cruces de redes geomagnéticas sobre la vertical de las zonas de descanso. Al igual que en el estudio de magnetostática, las soluciones pueden ser desde un simple cambio de mobiliario hasta reformas que implique una redistribución de los dormitorios situando las estancias menos frecuentadas en las zonas más alteradas y las más frecuentadas y sobre todo los dormitorios en aquellas zonas más estables o neutras.

Casos de éxito (aportados y documentados por mi compañero y amigo de la Fundación para la salud geoambiental Fernando Perez)
Caso 1
Niña de 8 años con dolores de cabeza, trastornos del sueño y terrores nocturnos.
Aquí se observó tras la realización del análisis sanitario geoambiental de su dormitorio que la cabecera de la cama se encontraba junto a un pilar de hormigón armado cuya estructura de hierro producía una importante distorsión del campo geomagnético cambiando su intensidad y dirección dentro del área ocupada por la cabeza de la niña en la cama.
Por la disposición del mobiliario en el dormitorio, se recomendó cambiar la orientación de la cama evitando que el cabecero estuviera expuesto a esta distorsión del campo geomagnético. A los 15 días aproximadamente, la niña recuperó la normalidad en el sueño y remitieron sus dolores de cabeza.
Han pasado más de 4 años y no han regresado los problemas.

Caso 2
Una mujer de 68 años padecía fatiga crónica, dolores de cabeza y calambres en las piernas durante el sueño. En este caso, además de la vivienda habitual, la mujer también disponía de una vivienda fuera de la ciudad donde solía pasar algunos fines de semana y periodos de vacaciones, comprobando que los síntomas de su enfermedad remitían cuando se encontraba en esta segunda casa.
Durante la realización del análisis de la vivienda habitual, se observó un campo eléctrico muy intenso en el cabecero de la cama provocado por la instalación eléctrica.
Además del campo eléctrico se encontraron niveles muy elevados de formaldehido en el aire de la vivienda, niveles que superaban los establecidos como seguros para una exposición de carácter laboral en el interior de una cabina industrial de pintura.
Después de las pesquisas necesarias para encontrar la fuente que generaba la efluencia, se encontró que los niveles de formaldehido en el ambiente surgían del barniz de urea de formol empleado en el tratamiento de la madera del suelo de parqué.
Se intervino sobre la instalación eléctrica en el dormitorio, evitando la generación de campos eléctricos en la cama, y también sobre el suelo para erradicar la presencia del formaldehido. Desde ese momento los síntomas remitieron como cuando la mujer se trasladaba que se encuentra fuera de la ciudad sin exposición a un agente ambiental nocivo.

Uso racional de nuevas tecnologías (recopilado por un grupo de colaboradores de la campaña Escuela sin wifi de la Fundación Vivo Sano en Valladolid)
· No colocar aparatos eléctricos o electrónicos en nuestros dormitorios: No pondremos lámparas (sobre todo halógenas o fluorescentes) radio-relojes o despertadores eléctricos (sólo con pilas). El aparato eléctrico más próximo debería estar al menos a 1 metro de distancia de nuestra cama. No tener nunca teléfonos inalámbricos, móviles o equipos WiFi en los dormitorios.
· Sustituir la red WiFi inalámbrica por cable. Hoy en día todas las operadoras instalan por defecto un router WiFi para la conexión a Internet. Si no vamos a utilizar la conexión inalámbrica del router WiFi deberemos reconfigurarlo para desactivarla, que por defecto está activada y emitiendo a la máxima potencia. Si por el contrario no queremos prescindir de la conexión inalámbrica WiFi, al menos apagaremos el router WiFi durante las noches. Como norma general, no instalaremos nunca los routers inalámbricos ni los puntos de acceso WiFi en los dormitorios.
· Con los ordenadores portátiles y/o tablets, nunca trabajaremos con ellos encima de nuestras piernas. Es aconsejable ponerlos siempre encima de una mesa. Sobre todo las mujeres embarazadas y niños. Puede causar infertilidad a largo plazo. Vigilar que la conexión WiFi esté siempre apagada cuando se le deje a un niño.
· Evitar el uso de teléfonos inalámbricos domésticos: La base de carga de la mayoría de los teléfonos DECT emite radiaciones constantemente (día y noche) superando casi siempre la potencia de cualquier otra fuente de radiación externa, incluso cuando el teléfono está en reposo. Sustituir los teléfonos inalámbricos DECT por teléfonos con cable. También, y como norma general, no instalar nunca los teléfonos inalámbricos en los dormitorios ni en paredes contiguas a los mismos.
· No utilizar monitores inalámbricos vigila bebés. Estos sistemas de vigilancia inalámbricos trabajan igual que los teléfonos inalámbricos DECT emitiendo la misma radiación. Si ya se está utilizando algún modelo, confirmar que al menos es de los que se activan por sonido y sólo irradian cuando detectan algún ruido y no de los que lo hacen continuamente.
· No utilizar el teléfono móvil en casa: la mejor opción es tener el móvil siempre apagado y tan solo utilizarlo en casos de emergencia. Podemos activar el desvío de llamadas del teléfono móvil al fijo de casa. Instalar terminales telefónicos con cable (los teléfonos fijos de toda la vida). Podemos utilizar el móvil en “modo avión” para hacer y/o ver fotos y otras aplicaciones. Si utilizamos el móvil, preferentemente en “manos libres”. No dejar que los niños menores de 16 años hablen por el móvil, si es necesario, que lo hagan en manos libres y un adulto sujetando el terminal. Y por la noche siempre apagado. Si por necesidad tiene que estar encendido, lo dejaremos lo más alejado de los dormitorios.
· En la cocina hay numerosos aparatos que emiten campos eléctricos, magnéticos y electromagnéticos. Procure poner una distancia de seguridad. Nos separaremos un mínimo de 0,5m de los electrodomésticos en funcionamiento como licuadoras, batidoras, tostadoras, vitrocerámicas, etc. y un mínimo de 1m de lavavajillas, lavadoras y frigoríficos. Evitaremos las placas de inducción por el gran campo eléctrico y electromagnético que generan. Las mujeres embarazadas no deben estar cerca de vitrocerámicas.
· Hornos microondas: este tipo de hornos generan radiaciones de microondas que excitan las moléculas de agua de los alimentos calentándolos. A pesar de que tienen una puerta blindada para evitar que salgan radiaciones al exterior, lo cierto es que todos tienen fugas porque es imposible retener semejante magnitud de radiaciones y los niveles de emisión a menos de 1 metro de distancia son muy elevados. Lo ideal es utilizar métodos convencionales para calentar la comida. O alejarnos lo máximo posible en caso de tener que utilizarlos.
· Limitar o evitar el uso de aparatos y juguetes que utilizan radiofrecuencias, sobre todo en los niños. Como las conocidas videoconsolas que utilizan mandos inalámbricos con Bluetooth, WiFi e infrarrojos, los coches y aviones teledirigidos por radio control, walkie-talkies, etc. A los niños, no dejarles jugar con el móvil. En espera el móvil emite radiaciones cada pocos segundos, que alcanzan niveles de gran intensidad debido a la actualización de las aplicaciones y a las conexiones que establece cada +-2 minutos con el servidor. Por lo que de ser imprescindible dejárselo a un niño, lo pondremos en modo avión. Controle su buen uso.
· Ventilar la casa a diario. Las casas “respiran” a través de las puertas y ventanas. Para mejorar la calidad del aire del hogar ventilaremos todas las habitaciones al menos media hora al día para eliminar el exceso de iones positivos del ambiente.


José Manuel López-Menchero González
Geólogo, Geobiólogo, técnico especialista en contaminación electromagnética
Coordinador de la campaña Escuela sin wifi (Fundación Vivo Sano)

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