12 de abril de 2016

Uso inteligente de las nuevas tecnologías en el colegio. Protección de niños


Vivimos sumergidos en ondas electromagnéticas, en un mundo cada vez más tecnológico cuyas consecuencias para la salud están cada vez más claras.
Mientras tanto, se está imponiendo el acceso a las nuevas tecnologías en las escuelas y centros de secundaria, a veces incluso de infantil mayoritariamente a través de conexiones inalámbricas – wifis, pizarras digitales conectadas al wifi, ordenadores portátiles, smartphones, tablets,…- como herramientas escolares cotidianas para los niños en lugar de cableado, inocuo para la salud, e incluso en lugar del tradicional libro o pizarra.
Parece que la tecnología en el aula ha llegado para quedarse y es una herramienta más a disposición de los profesores y los alumnos que ayuda a dinamizar las clases.
Pero no todo el mundo opina que la tecnología dentro del aula es fundamental. Uno piensa que un lugar como Silicon Valley debería tener el colegio más avanzado del mundo en este aspecto y es todo lo contrario. En la escuela de Silicon Valley la enseñanza es con lápiz y papel. Se ve la enseñanza como una forma de aprendizaje centrado en las tareas creativas y prácticas. Muchos piensan que los ordenadores y tablets inhiben el pensamiento creativo.
Al margen de lo acertado que sea o no el uso de las tecnologías como recurso educativo, de la falta de infraestructura técnica en los centros escolares, tanto eléctrica como de conexión a Internet, de la distracción que supone para los alumnos y las dificultades técnicas que presenta su uso como único recurso docente, puesto que un fallo en la tablet o el portátil impiden seguir la clase o hacer los deberes, existe un riesgo mayor al que nuestros alumnos se están enfrentando día tras día en el colegio donde han apostado por el desarrollo tecnológico.
Un riesgo que pone en juego su salud y es que pasar demasiadas horas mirando una pantalla puede provocar fatiga visual. Si a esto sumamos que la mayoría de tablets o portátiles salen de fábrica con conexión 3G, 4G y wifi, para acceder a internet, navegación web, email, reproducir videos, ver fotos y escuchar música, y estar conectados a Internet de forma permanente y prácticamente en cualquier lugar, mantener las tablets o los ordenadores portátiles en modo wifi cerca de los testículos puede generar una disminución de la fertilidad masculina debido al efecto no térmico. Además, las personas expuestas a las radiaciones procedentes del wifi suelen padecer en primera instancia mareos, migrañas, arritmias, pérdida de concentración, fatiga, vértigos, insomnio, náuseas, irritabilidad, amnesia o falta de memoria y déficit de atención o de capacidad de la concentración, etc.
Ante esta evidencia, ¿seremos capaces de protegerles?